Se trata de un proyecto de diseño de un restaurante, interviniendo en dos locales que se unen en la Glorieta de Pirámides. El restaurante está muy bien localizado, cerca del río Manzanares, con buenas vistas sobre el río y los espacios verdes exteriores.

El proyecto se compone de dos áreas, la planta baja en donde se encuentran áreas principales del local, zona con mesas, barra y el espacio para la cocina. Y la planta sótano donde se sitúa un espacio privado, más íntimo. El proyecto contempla la distribución del restaurante, diseño de acabados y detalles constructivos y diseño de mobiliario.

El espacio en planta baja es diáfano y la zona pública comunica a través de un ventanal con la cocina.
En esta sala diáfana destacan dos elementos centrales: la barandilla de la escalera de bajada y la barra, elaboradas en chapa de hierro negro plegada, con una intención escultórica.

Los materiales de revestimiento son materiales en bruto: cemento, yeso, y paneles de OSB vistos. Así mismo la chapa de hierro, no se recubre, sino que se deja vista. Esta desnudez de los materiales, crea una sensación industrial pero cálida a la vez, gracias a la madera de OSB en techos y pared y la iluminación cálida mediante bombilla de filamento led visto.

El espacio se configura y caracteriza mediante la iluminación separando las distintas zonas: la barra y el área en eje con la entrada se acompaña de unas lámparas grandes colgadas, mientras que el resto de la sala es iluminado con lámparas de cuerda con las bombillas de filamento dando una luz tenue y constante.

En los baños se utiliza la baldosa metro blanca, combinada con paredes pintadas. Y en el sótano se mantiene la forma circular de los pozos de cimentación del edificio, creando un perímetro de formas curvas de geometría no reconocible, un tanto psicodélico.